domingo, 22 de febrero de 2009

Desquiciados

El derbi catalán terminó con victoria españolista en un encuentro marcado por la injusta expulsión de Keita en el minuto 37 de la primera parte y por la falta de fútbol a lo largo de los 90 minutos (1-2). Con la clara victoria del Madrid ante un desconocido Betis (6-1), los merengues recortan distancias y se sitúan a siete puntos del líder.


Nada pudieron hacer los jugadores azulgrana ante un partido que se les complicó con la expulsión de Keita en un momento en el que tenían el control del balón y mostraban su clara superioridad ante el colista de la Liga. Dicha expulsión marcó la línea de inflexión en el juego; el colegiado Delgado Ferreiro, que ya había dado muestras de su poca profesionalidad en reiteradas ocasiones (no señaló ni falta en un claro placaje a Messi, por ejemplo), decidió erigirse como protagonista del derbi y le mostró tarjeta roja directa a Keita por una entrada sobre Moisés Hurtado tras la que había dado ley de la ventaja. Por las insistentes protestas de diversos jugadores españolistas, el árbitro titubeó en su decisión y tardó una eternidad en expulsar al malí que no se lo podía creer. El marcador seguía a cero pero, a partir de ese momento, el partido cambió por completo. Los de Guardiola notaron la inferioridad numérica, la lesión de Abidal (sustituido por Puyol) y el empeño de los blanquiazules por parar el juego. Muy nerviosos y con pocas ideas, el descanso debía servirle a los culés para calmar los ánimos y salir a imponer su juego y su fútbol en el segundo tiempo.

Guardiola dio entrada a Busquets sacrificando un delantero (Henry) para tratar de tener la posesión de balón y aguantar el empate el máximo de minutos posible. Pero De La Peña completamente solo por un error defensivo del Barça, remató de cabeza un buen centro de Nené y consiguió el primer tanto españolista. Los azulgrana, con el marcador en contra, se fueron diluyendo. Y todo empeoró aún más cuando, sólo cinco minutos después, un clamoroso error de Valdés que regaló el balón a "Lo Pelat" propició el segundo gol. El Fc Barcelona estaba hundido y el Español tenía el partido que quería. Sin juego, con constantes "lesiones", con pérdidas de tiempo,... los de Pochettino decidieron que la mejor manera de mantener el resultado era no jugando a fútbol. Y lo consiguieron, con el beneplácito de Delgado Ferreiro que insistía en ser protagonista mostrando tarjetas a diestro y siniestro, comiéndose un claro codazo de Luis García a Puyol que hubiera significado su expulsión y permitiendo el "teatro" de los blanquiazules cada vez que caían al suelo. Todas estas incidencias en el juego les desquiciaban cada vez más y pudieron con los jugadores culés. Aún así, trataban de buscar la portería de Kameni y fue Touré quien logró el gol azulgrana con un zurdazo imparable. Ante la posibilidad de la remontada, Guardiola sorprendió a todos y sustituyó a Eto'o por Gudjohnsen, colocando a Busquets de nueve, como referencia de ataque. Tampoco funcionó.

Los azulgrana no conseguieron jugar, simplemente jugar a fútbol. No es tan extraño intentarlo, debería ser lo normal. Pero para el Español lo más lógico es dejar pasar los minutos de todas las maneras posibles, aunque así se pierda la esencia del deporte. Para los blanquiazules, el fin justifica los medios y ellos, 27 años después, lograron llevarse los tres puntos que tanto necesitaban y quitárselos a su máximo rival. Los de Pochettino salieron eufóricos del Camp Nou, los de Guardiola en cambio, salieron indignados por la actitud de sus rivales (árbitro aparte) porque el fútbol es juego y sin juego no hay fútbol. Y mientras los colegiados continúen permitiendo las pérdidas de tiempo y favoreciendo a los que no quieren jugar, el fútbol dejará de ser lo que es. Como dijo Xavi Hernández al término del encuentro: "hemos jugado un cuarto de hora de tiempo efectivo por bando y eso no se puede permitir; han perdido mucho tiempo y es una pena no ver fútbol". Pues eso, una pena.

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