lunes, 22 de diciembre de 2008

Pleno absoluto

El Barça termina el llamado Tourmalet con cuatro victorias consecutivas frente a sus rivales más directos. Su última víctima, el Villarreal, nada pudo hacer ante la remontada culé con tantos de Keita y Henry (1-2).

En un primer tiempo muy igualado, el Villarreal le puso las cosas muy difíciles al FC Barcelona. Y el partido se torció aún más cuando, en el minuto 48, Cani avanzaba a los de Pellegrini en la primera ocasión para los locales. Pero los jugadores azulgrana, lejos de venirse abajo, se mostraron con muchas más ganas y luchaban por mantener la posesión del balón. Así, el gol no tardó en llegar: un centro de Alves permitió a Keita empatar el encuentro con un remate de cabeza sólo seis minutos después. Los culés tenían el control del partido pero el Villarreal no quería renunciar al ataque y mostraba sus mejores armas al contraataque, pese a luchar también por la posesión. Pero los de Guardiola fueron los que creaban más peligro en el área contraria. El juego por las bandas, abriendo campo e insistiendo una y otra vez en las jugadas de ataque ha encontrado su recompensa en el 1-2 definitivo gracias a Henry que remató un centro de Xavi.

Con la victoria provisional, el Barça se sintió más cómodo sobre el terreno de El Madrigal. Pero apareció el colegiado que, tras mostrar dos tarjetas amarillas a Piqué, dejó a los de Guardiola con diez y permitió dar esperanzas a un Villarreal que trató de darle la vuelta al marcador de nuevo. Pero no lo consiguió y los tres puntos viajaron a la ciudad condal.

Con esta victoria, más meritoria por terminar con inferiordad numérica, el FC Barcelona cierra su Tourmalet de manera impecable. Sus grandes resultados ante Sevilla, Valencia, Real Madrid y Villarreal le colocan al frente de la clasificación a 10 puntos del segundo clasificado, el Sevilla. La Liga se le pone de cara, pero hay que seguir trabajando.

lunes, 15 de diciembre de 2008

A doce puntos!

El gran clásico se salda con victoria azulgrana (2-0) ante un Real Madrid con la defensa y la dureza como únicas armas.

Bajo una lluvia intermitente que a punto estuvo de fastidiar la fiesta culé (el mosaico quedó deslucido), el equipo de Guardiola, tal como había avisado el míster, salió a por el partido con la alineación esperada. Finalmente, fue Gudhjonsen el encargado de acompañar a Xavi y Touré en el centro del campo. Pero los jugadores del Barça salieron demasiado excitados y se quedaban sin balón con mucha facilidad; la precisión en los pases y las jugadas rápidas se perdían entre los defensas merengues.


La actitud con la que el Real Madrid salió al terreno de juego fue más propia de un equipo pequeño que de uno de los aspirantes al título. Cerrados completamente atrás, perdiendo tiempo desde el primer minuto y cosiendo a faltas a los azulgrana, especialmente a Leo Messi que acabó con los tobillos llenos de moratones. El colegiado Medina Cantalejo permitió el juego duro de los blancos evitando mostrar tarjetas amarillas por durísimas entradas que podían haber provocado graves lesiones. El criterio arbitral brilló por su ausencia, pitando todas las faltas cometidas por los azulgrana y dejando prácticamente sin sanción la dureza merengue. Casillas, tras pasarse todo el partido perdiendo tiempo, llegó a hacerle un corte de mangas al árbitro a la vez que le insultaba porque, tras el gol azulgrana, al portero merengue le indignó que el Barça no tuviera prisa en poner el balón en juego: para Medina Cantalejo esa actitud no es merecedora tampoco de cartulina amarilla.



Los blancos mostraron que no tienen juego, aunque en alguna de sus jugadas al contraataque permitieran lucirse a Valdés. Con la excusa de la gran cantidad de lesionados, Juande Ramos planteó un partido feo y con muy poco fútbol. Cabe recordar que en el anterior clásico jugado en el Bernabeu con victoria madridista (4-1), Schuster alineó a siete de los que jugaron el pasado domingo en el Camp Nou. Las dos bajas más importantes del equipo blanco son Van Nistelrooy y Diarra, el resto no suele estar en el equipo titular. En la temporada pasada, el Barça fue al Bernabeu también con tres bajas destacadas (Ronaldinho, Deco y Eto’o) y eso no fue excusa para plantarse ante el eterno rival como si de un equipo recién ascendido se tratase.


No hubo goleada y eso parece dar moral a los madridistas que se marcharon del Camp Nou ilusionados por su corta derrota, orgullosos de la imagen dada en el terreno de juego y convencidos de que, con el nuevo técnico, las cosas han cambiado, por lo que pueden luchar por la Liga sin duda alguna. Incluso la prensa de Madrid trata el clásico como si los merengues hubieran salido victoriosos por no haber encajado más de cuatro goles. Con eso les basta. Para el Barça, en cambio, eso no es suficiente. Y lo demostró a lo largo de los 90 minutos, luchando hasta el final; ni siquera se vinieron abajo tras fallar Eto’o el penalti, ellos continuaron con su juego ofensivo para lograr la victoria. Y lo hicieron. Eto’o primero, tras una asistencia de cabeza de Puyol, y Messi después, con una bonita parábola por encima de Casillas. 2-0, doce puntos de ventaja y para casa.

El Barça más líder y el Real Madrid a dos puntos de quedar fuera de Europa. La Liga no está ganada, ni mucho menos, pero un Madrid como el del clásico no debe ser la gran preocupación del Barça en su lucha por el campeonato porque, hoy por hoy, la diferencia entre ambos es abismal.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Que empiece el espectáculo!

A poco más de cuatro horas del gran clásico, los nervios y la ansiedad aumentan minuto a minuto. En este momento, me resulta imposible escribir un artículo totalmente imparcial y objetivo porque, tras varias horas viendo reportajes sobre anteriores clásicos, mi cerebro sólo piensa en llegar al Camp Nou.

Con un buen ambiente entre los presidentes en la habitual comida entre clubs, con el equipo blanco descansando en su hotel y con los de Guardiola en sus casas prepárandose para el gran encuentro, todo indica que hoy puede ser una gran noche de fútbol. Y ojalá sea una gran noche para los culés.

Una victoria azulgrana dejaría a los merengues a doce puntos y con dos partidos importantes aún por disputar, por lo que, en su particular Tourmalet, llevarían dos derrotas consecutivas. El Barça seguiría con su buena racha liguera y daría un paso enorme en el campeonato, aunque ni mucho menos definitivo. El empate lo dejaría todo como está. Y si los tres puntos viajaran a Madrid, el Barça aún contaría con 6 puntos de ventaja respecto a los merengues que se marcharían de la ciudad condal muy confiados en su nuevo proyecto con Juande Ramos.
Está claro que todo puede pasar. Pese a que el fútbol de los culés es infinitamente superior al juego desplegado por el equipo blanco, en este tipo de encuentros nada importa. El mundo se para. Ambas ciudades quedan vacías. La gente se aglutina entorno al televisor con sus bufandas y sus banderas dispuesta a ver una victoria de su equipo. Nadie sabe qué pasará. Un despiste, una expulsión, un rebote... hay tanto factores ajenos al juego que pueden influir en el resultado... Aún no se saben las alineaciones de ninguno de los equipos. En el Real Madrid, Sneijder es la gran duda: puede ser titular o puede ser el descartado. La defensa blanca puede estar formada por cuatro o cinco jugadores, pero quién marcará a Messi es la gran incógnita. El argentino, igual que sus compañeros, está muy motivado para el clásico y, si está inspirado, poco importa quién sea su marcador. Henry estrena botas, cosa que le suele dar suerte y gol, y Eto'o es Eto'o, sin más. Guardiola es prudente y no quiere hablar de goleada, Juande Ramos es ambicioso y no quiere ni oír hablar de derrota. Ambos irán a por la victoria.
Es fútbol. Es el gran partido. Es lo máximo. Y el Camp Nou está ansioso por recibir a su público y vestirse de gala. Es el gran día. El encuentro que esperamos desde que se inició la Liga. Y ahora que está tan cerca, ahora que las palabras ya ni fluyen, ahora que lo único que quiero es que pasen las horas y estar sentada en mi asiento de segunda gradería, ahora empieza el gran clásico. Los preparativos, el camino hasta el estadio con los auriculares puestos para no perder ni un detalle, los nervios, las dudas, el himno, el mosaico, las alineaciones, los gritos de la afición y, por fin, el pitido inicial de Medina Cantalejo... A vivir el clásico!

viernes, 12 de diciembre de 2008

Abanderados del fair play

Demasiadas personas del mundo del fútbol se llenan la boca con quejas hacia las acciones antideportivas y dicen luchar contra la violencia en el fútbol y no predican, precisamente, con el ejemplo. Aquí van tres:


1. Mircea Lucescu, entrenador del Shakhtar Donetsk: "Es una vergüenza lo que ha hecho el Barça".
Estas son las palabras que pronunció Lucescu al término del partido de Liga de Campeones entre el Shakthar y el F.C. Barcelona en Ucrania (1-2). Lucescu mostraba así su enfado por el primer gol de Messi, ya que consideraba que los azulgrana tendrían que haber devuelto la pelota al Shakhtar tras la ''lesión'' de un jugador. Bojan Krkic lo justificó tras el partido argumentando que la pelota fue rechazada y no enviada voluntariamente fuera del campo por un jugador rival para atender a un compañero. Lucescu la lió tanto en la rueda de prensa como en la zona mixta, gritándole a Guardiola y a cualquiera que se le pusiera por delante. Este fue el peor pecado, según Lucescu, del equipo azulgrana. Si nos ponemos en situación en ese partido, a falta de 5 minutos para el final, los ucranianos vencían por 1-0 en el marcador y perdían tiempo continuamente mediante los saques de banda y de portería y, muy especialmente, con jugadores "lesionados" que pasaban varios minutos tendidos en el terreno de juego. Y en tan sólo cinco minutos y con Leo Messi como revulsivo, los de Guardiola remontaron el partido como saben, jugando a fútbol, sin faltas fuera de lugar y sin absurdas pérdidas de tiempo.
Hoy, tras el partido de vuelta en el Camp Nou con victoria del Shakhtar, nada tiene que decir Lucescu sobre el "fair play" del equipo que dirige. Un equipo que, pese a ir por delante en el marcador durante los 90 minutos, cometió diversas acciones antideportivas y continuó con sus quejas y sus pérdidas de tiempo, ambas permitidas por el colegiado. Nada dijo en el primer partido, ni tras este último, sobre la "contundencia" con la que actúa uno de sus jugadores: Brandao. Un futbolista, si puede llamarse así, que corre con los codos hacia fuera (buena prueba de ello la tiene Alves) y que, en cuanto puede, frena al jugador que está marcando con lo que sea (pregúntenle a Sergio Busquets). Para Lucescu, eso parece que no tiene nada que ver con el fair play que tanto echó de menos en el Barça.

2. Ramón Calderón, presidente del Real Madrid: Asamblea de socios compromisarios con seguidores ultra en el recinto.
Ramón Calderón tuvo el pasado domingo una agitada asamblea en la que consiguió, no sin polémica, aprobar sus cuentas del pasado ejercicio y el presupuesto para la próxima temporada. Pero no sólo fueron polémico el recuento de votos (se hizo a mano alzada y no en una urna como pedían algunos socios), la veracidad de las cifras presentadas, los fichajes que nunca llegan, etc., lo peor de esa Asamblea fue la presencia de ultras con el permiso y la aprobación del presidente blanco. Ramón Calderón no sólo permitió que entraran a una Asamblea en la que nada tenían que votar, sino que justificó su presencia incluyéndolos en el mismo grupo que los profesionales de los medios de comunicación y, además, y esto es lo más grave, no hizo nada cuando los ultra insultaron gravemente a los socios compromisarios que trataban de ejercer su derecho a la intervención en el estrado del Palacio Municipal de Congresos. Dejando de lado cuentas, presupuestos, votos, etc., no es normal que un club "señor" como ellos mismos se definen continuamente, permita, ayude y aplauda las acciones de sus aficionados ultra que, como todo ultra de cualquier equipo, no se caracterizan precisamente por su buena conducta. Pero no pasa nada. Vergonzoso.

3. Pape Diouf, presidente del Olympique de Marsella: pagó con dinero del club el avión privado con el que Santos Mirasierra, aficionado francés detenido por agredir un policía, volvió a su país tras salir de la cárcel.
Diouf, indignado tras los incidentes en el Vicente Calderón por la actitud de las fuerzas de seguridad con sus aficionados, a los que calificó como "víctimas" por la actuación policial, no sólo dejó plantado al presidente del Atlético de Madrid en la comida oficial entre clubs y le sentó alejado del palco, sino que ha mostrado un apoyo absoluto a Santos Mirasierra: "Si pudiese ir a buscar a Santos yo mismo, lo haría" afirmaba mientras el aficionado francés estaba detenido en Madrid. Para Diouf, las imágenes de televisión en la que se aprecia claramente cómo Santos empuja y agrede a un policía durante los disturbios en la grada, no son suficientes para condenar la violencia en el fútbol. Todo lo contrario, el presidente del Marsella hace campaña en favor de un personaje así. Más vergonzoso aún, patético.


Como diría Bernd Schuster, "no hace falta decir nada más".

Fin a la imbatibilidad

El F.C. Barcelona perdió el martes, en un Camp Nou prácticamente vacío (22.000 espectadores), su racha de 20 partidos imbatido ante un Shakhtar Donetsk muy eficaz (2-3).

Poco que decir de un encuentro de puro trámite, con una alineación azulgrana poco habitual con Jorquera en la portería, que volvía a los terrenos de juego tras su larga lesión; Martín Cáceres, Piqué, Víctor Sánchez y Sylvinho en la defensa; Busquets, Keita y Víctor Vázquez en el centro; y con una delantera formada por Bojan como '9', Hleb y Pedro por las bandas. No lo hizo mal el conjunto culé pero los de Lucescu marcaron diferencias al contraataque, ayudados por despistes defensivos y por un Jorquera algo descolocado y en baja forma. Los ucranianos fueron en todo momento por delante en el marcador y los azulgrana, pese a tener varias ocasiones de remontar el partido, fueron incapaces de despedirse de la liguilla con una nueva victoria. Bojan no supo aprovechar los espacios y pecó de individualista en más de una ocasión, Pedro dejó detalles de gran técnica que no tuvieron su premio y, en general, este "otro Barça" no jugó tan mal, pese al resultado. La filosofía de Guardiola se notaba en sus pupilos que presionaban la salida del balón del adversario e intentaban trazar jugadas rápidas y por las bandas. Pero no fue su día.

De todas formas, la derrota ante el Shaktar fue la menos dolorosa. Los de Guardiola ya venían con los deberes hechos: tenían el primer puesto de grupo asegurado, por lo que sólo perdieron los 600.000€ que ingresan por cada victoria europea en esta liguilla. Tras el partido, la peor noticia fue que los azulgrana pueden encontrarse en octavos de final con equipos de tanta importancia como el Inter de Figo y Mourinho, el Chelsea de Deco, el Arsenal de Fàbregas o el Lyon de Benzema. Parece increíble que estos equipos sean los segundos de grupo, pero, como mínimo, hasta el sorteo del próximo viernes, lo que tiene claro el Barça es que jugará la vuelta en casa y eso es siempre una buena noticia.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Sin palabras

Ya no quedan adjetivos para definir lo que el equipo de Guardiola hace en los terrenos de juego. Sus dos últimas victorias ante el Sevilla (0-3) y el Valencia (4-0) confirman que, tras 14 jornadas de Liga, el Barça es líder en solitario con 6 puntos de ventaja respecto al segundo (Villarreal) y nueve respecto al Real Madrid, su próximo rival.


El equipo se muestra imparable y nada hay que reprochar a ninguno de los jugadores. Corren, luchan, se sacrifican y controlan los partidos con total seguridad. Sólo en el Sanchez Pizjuan, ante el Sevilla, estuvieron a punto de cruzar la delgada línea que separa una amplia victoria de un partido incómodo (con 0-1 en el marcador, los sevillistas estuvieron a punto de empatar antes del descanso), pero lograron sobreponerse y, con una magnífica segunda parte, se llevaron los tres puntos a la ciudad condal.

El Valencia llegó al Camp Nou dispuesto a hacer su juego habitual, pero se encontró con once profesionales dispuestos a ponerles las cosas realmente difíciles. La línea de ataque formada por Villa, Mata y Joaquín podía entrañar gran peligro, pero los azulgrana no les dejaron ni respirar y ni siquiera pudieron culminar ninguna acción de contraataque, una de sus mejores armas, presionando la salida del balón desde campo contrario. Entre los fueras de juego, el perfecto posicionamiento defensivo de los de Guardiola y las pocas veces que tocó el esférico, Villa acabó totalmente desesperado. Pero si la defensa del Barça fue implacable (Abidal estuvo fantástico tras regresar de su lesión), el ataque fue letal.

Henry, jugando de nuevo desde la banda, logró un hat-trick haciendo callar así a todos aquellos que le habían estado criticando a lo largo de la semana. Sus tres goles y el del "lateral total", Dani Alves, fueron claros ejemplos de la filosofía azulgrana. Las jugadas se iniciaban en la portería de Valdés y, tras varios pases al primer toque o incluso paredes entre Alves y Xavi, el balón llegaba al área contraria con una facilidad espantosa. Los de Emery prácticamente no las veían, la rápida circulación de la pelota y los constantes intercambios de posiciones en la delantera, volvieron locos a unos valencianistas que sólo supieron responder ante tal exhibición futbolística con juego sucio, mostrando así su impotencia y dejando en evidencia al colegiado Fernández Borbalán que no hizo nada para sosegar los ánimos. Ante tal situación, el míster azulgrana decidió sustituir a Messi, ovacionado tras un partido discreto, para evitar una posible lesión, fruto de una fea entrada.

El encuentro fue un verdadero espectáculo, un festival de fútbol que esperemos dure toda esta temporada y muchas más. A mitad del Tourmalet, el balance son dos victorias claras y contundentes ante dos rivales directos. Ahora viene el gran clásico, el Real Madrid, y después el segundo en la tabla, el Villarreal. Porque el fútbol no entiende de lógica que si no... todos podríamos asegurar sin miedo a equivocarnos que les pasarán por encima sin problemas.

Pero el fútbol es mucho más y no entiende de lógica ni de estadísticas. No es habitual poder deleitarse de un juego tan bien elaborado y tan espectacular y, diga lo que diga el míster azulgrana, lo que sí está claro a día de hoy es que el F.C. Barcelona fabrica el mejor fútbol de toda Europa y hace disfrutar, y mucho, a los amantes de este deporte.