

Henry, jugando de nuevo desde la banda, logró un hat-trick haciendo callar así a todos aquellos que le habían estado criticando a lo largo de la semana. Sus tres goles y el del "lateral total", Dani Alves, fueron claros ejemplos de la filosofía azulgrana. Las jugadas se iniciaban en la portería de Valdés y, tras varios pases al primer toque o incluso paredes entre Alves y Xavi, el balón llegaba al área contraria con una facilidad espantosa. Los de Emery prácticamente no las veían, la rápida circulación de la pelota y los constantes intercambios de posiciones en la delantera, volvieron locos a unos valencianistas que sólo supieron responder ante tal exhibición futbolística con juego sucio, mostrando así su impotencia y dejando en evidencia al colegiado Fernández Borbalán que no hizo nada para sosegar los ánimos. Ante tal situación, el míster azulgrana decidió sustituir a Messi, ovacionado tras un partido discreto, para evitar una posible lesión, fruto de una fea entrada.
El encuentro fue un verdadero espectáculo, un festival de fútbol que esperemos dure toda esta temporada y muchas más. A mitad del Tourmalet, el balance son dos victorias claras y contundentes ante dos rivales directos. Ahora viene el gran clásico, el Real Madrid, y después el segundo en la tabla, el Villarreal. Porque el fútbol no entiende de lógica que si no... todos podríamos asegurar sin miedo a equivocarnos que les pasarán por encima sin problemas.
Pero el fútbol es mucho más y no entiende de lógica ni de estadísticas. No es habitual poder deleitarse de un juego tan bien elaborado y tan espectacular y, diga lo que diga el míster azulgrana, lo que sí está claro a día de hoy es que el F.C. Barcelona fabrica el mejor fútbol de toda Europa y hace disfrutar, y mucho, a los amantes de este deporte.
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