La maldición del Vicente Calderón parece no tener fin para el Barça. Este año, de nuevo, una dolorosa derrota (3-1) ante un Atlético de Madrid que, como de costumbre, mostró su mejor cara y logró el partido abierto que tan bien les funciona a los colchoneros. Los de Guardiola no supieron jugar tras el balón y vieron como los de Quique Sánchez Flores se llevaban los tres puntos y rompían así su imbatibilidad en Liga.


El segundo tiempo fue más de lo mismo, aunque el Barça consiguió encontrar espacios y construir jugadas peligrosas pero los colchoneros hicieron lucirse a Valdés en más de una ocasión al contraataque. Guardiola buscaba soluciones: en el minuto 78 sustituyó a Xavi, con molestias, por Bojan con la intención de sumar efectivos en ataque pero tampoco fue la solución. Pese a las numerosas ocasiones en ambas áreas, el marcador no se movió desde el minuto 30 de la primera parte y el Barça se fue de vacío de Madrid.

Tarde o temprano tenía que pasar, ya lo avisó Pep en una de sus ruedas de prensa. Y la primera derrota en Liga ya ha llegado. Ahora sólo dos puntos de ventaja separan al Barcelona de su insistente perseguidor, el Real Madrid. Habrá que recuperar el orden defensivo, la precisión en los pases, el control del balón... en definitiva, la esencia de este equipo. Sólo es una derrota, un aviso... y que se quede en eso.
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