jueves, 1 de abril de 2010

Exhibición agridulce

Extraño partido el de ayer. El Barça se exhibió en la primera parte y mostró al mundo cómo se juega bien a fútbol, pero, tras el 0-2 en el marcador, se relajó y permitió que el Arsenal se metiera en la eliminatoria consiguiendo el empate final (2-2).

Ayer fue uno de esos encuentros difíciles de explicar. Un equipo, el Barcelona, fue exageradamente superior a su rival a lo largo de 60 minutos. El Arsenal corrió detrás del balón como raras veces lo hace y fue testigo de excepción del magnífico juego desplegado por los azulgrana. Volcados totalmente al ataque, las ocasiones no entraban pero el espectáculo era absoluto. Los ingleses contemplaban atónitos como su rival les pasaba por encima con una facilidad asombrosa. El equipo catalán jugaba fácil, al primer toque, sin conducir demasiado el balón, con las ideas muy claras y muy precisos en todo momento. Hasta 10 oportunidades tuvo el Barça de adelantarse en el marcador en los primeros 20 minutos, pero se toparon una y otra vez con un inspiradísimo Almunia y su defensa. Parecía cuestión de tiempo que llegara el primer gol pero se fueron al descanso con el 0-0.

Para el Barça era indispensable marcar fuera de casa si quería tener opciones claras de pasar la eliminatoria. Y así se lo explicó Guardiola a sus jugadores durante el descanso. Hay que ir a por el gol, como sea, pero hay que marcar. Ibrahimovic, ya recuperado de su bajón anímico, obedeció a la perfección a su técnico y en el primer minuto de la reanudación batió con una excelente vaselina a Almunia tras un gran pase en largo de Piqué. Objetivo cumplido. Era necesario marcar y el '9' del Barça hizo su trabajo. Pero no tenían suficiente. La superioridad mostrada en el juego no se reflejaba en el resultado y los culés lo sabían. Wenger había tenido que hacer ya dos cambios por las lesiones de Arshavin y Gallas, Cesc había visto una tarjeta amarilla que le impedirá jugar en el Camp Nou y, aunque el Arsenal se acercaba poco a la portería de Valdés, lo hacía con muchísimo peligro, por lo que no podían relajarse. Sin Henry sobre el campo y con Messi algo desconectado, Ibra volvió a asumir la responsabilidad y en el minuto 59 aprovechó una magistral asistencia de Xavi para marcar el segundo. 0-2, este resultado ya se acercaba más a las diferencias demostradas sobre el césped del Emirates. Pero, de repente, apareció el otro Barça: ese equipo que se relaja, se desconcentra, deja de presionar y permite a su rival meterse de nuevo en el partido. Y con el Arsenal en cuartos de final de la Champions League, jugando en sus estadio, es demasiado arriesgado. Y lo pagaron, lo pagaron muy caro. Wenger dio entrada a Walcott que aprovechó su increíble velocidad para ganarle la espalda a Maxwell en todas sus internadas. El Arsenal ya tenía el balón y jugaba cómodo con el Barça corriendo detrás de ellos. Y eso no es buena señal para los azulgrana. En una pérdida de balón de Sergio, que pareció haberse desconectado por completo, el Arsenal recortó distancias con un chut de Walcott que no pudo atrapar Valdés (min. 69). Surgieron los nervios en los de Guardiola que vieron como Piqué se ganaba la tarjeta amarilla que le impedirá jugar la vuelta en el Camp Nou tras una entrada sobre Cesc en la frontal del área. En el 76, llegó el momento emotivo de la noche: Guardiola sustituyó a Ibrahimovic por Henry que se llevó una sonora ovación de la que fue su afición.

Pero lo peor estaba por llegar. Una combinación de los ingleses terminó con Cesc a escasos metros de Valdés ejecutando un disparo que se topó con las piernas de Puyol y le hizo caer. Penalti y roja directa para el capitán azulgrana. Fàbregas no perdonó y marcó el gol del empate. Era el minuto 85 y eso fue lo último que pudo hacer el capitán de los 'gunners' ya que se lesionó y anduvo cojeando el resto de partido. Poco más tuvo el encuentro. Milito entró por Messi para asegurar la defensa y el resultado. Ambos equipos podían haberse llevado la victoria en estos últimos minutos, pero el 2-2 fue el resultado final.

El empate con goles no deja de ser un buen resultado para el Barça pero, después de la exhibición de fútbol mostrada ayer, sabe a poco, a muy poco. Con ese festival de juego la eliminatoria debería estar más que sentenciada. Ningún equipo del mundo sabe divertir de esta manera a todo aficionado a este deporte, nadie es capaz de ejecutar a tal nivel un fútbol tan sublime. Y el Barça puede decir orgulloso que ofrece fútbol en estado puro. Pero ayer eso no fue sufuciente. La falta de acierto en las numerosas ocasiones y la relajación con el resultado favorable hicieron que se les escapara una gran oportunidad de sentenciar el pase a semifinales. Habrá que hacerlo el martes que viene en el Camp Nou. Sin Puyol ni Piqué pero con el apoyo de su afición, los de Guardiola deberán rematar la eliminatoria.

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