Quizá es demasiado pedir algo de coherencia a los periodistas deportivos. Posiblemente es complicado hablar sólo de hechos y no de suposiciones. Tal vez no vende el optimismo.
La verdad es que todas las críticas destructivas que está recibiendo actualmente cualquier miembro del F.C. Barcelona (directiva, técnicos, jugadores, médicos…) se basan en el momento actual del equipo, que parece ser desastroso. Es cierto que ha dejado escapar demasiadas veces ya la oportunidad de acercase al título liguero, pero es cierto también que aún es posible conseguirlo y es cierto también que los azulgrana están vivos en la Liga de Campeones, cosa que ningún otro equipo español puede afirmar. Quizá no todo está tan mal.
Hoy, a 8 de abril, con la Liga algo lejos pero alcanzable, y la Liga de Campeones en juego, me pregunto qué dirán todos los medios de comunicación que ya dan por acabado un ciclo, si el Barça consigue la Champions este año. Me gustará leer los periódicos, escuchar las radios y mirar las televisiones el día después de la final. ¿Seguirán diciendo que se ha terminado una etapa? ¿Continuarán reclamando una limpieza amplia del vestuario? ¿Hablarán de nuevo de los posibles entrenadores para el equipo? ¿O simplemente dirán que todo está bien, que hay que hacer algunos cambios pero ninguno radical?
La prensa deportiva tiene la mala costumbre, en mi opinión, de valorar el club según el partido anterior: si ha habido una derrota, todo es desastroso, todos tienen que marcharse, todo funciona mal; si se consigue una victoria que implica recortar puntos de distancia respecto al líder, todo es fantástico. Creo que las valoraciones deben hacerse al final de temporada, entonces será el momento de depurar responsabilidades y buscar soluciones.
La verdad es que todas las críticas destructivas que está recibiendo actualmente cualquier miembro del F.C. Barcelona (directiva, técnicos, jugadores, médicos…) se basan en el momento actual del equipo, que parece ser desastroso. Es cierto que ha dejado escapar demasiadas veces ya la oportunidad de acercase al título liguero, pero es cierto también que aún es posible conseguirlo y es cierto también que los azulgrana están vivos en la Liga de Campeones, cosa que ningún otro equipo español puede afirmar. Quizá no todo está tan mal.
Hoy, a 8 de abril, con la Liga algo lejos pero alcanzable, y la Liga de Campeones en juego, me pregunto qué dirán todos los medios de comunicación que ya dan por acabado un ciclo, si el Barça consigue la Champions este año. Me gustará leer los periódicos, escuchar las radios y mirar las televisiones el día después de la final. ¿Seguirán diciendo que se ha terminado una etapa? ¿Continuarán reclamando una limpieza amplia del vestuario? ¿Hablarán de nuevo de los posibles entrenadores para el equipo? ¿O simplemente dirán que todo está bien, que hay que hacer algunos cambios pero ninguno radical?
La prensa deportiva tiene la mala costumbre, en mi opinión, de valorar el club según el partido anterior: si ha habido una derrota, todo es desastroso, todos tienen que marcharse, todo funciona mal; si se consigue una victoria que implica recortar puntos de distancia respecto al líder, todo es fantástico. Creo que las valoraciones deben hacerse al final de temporada, entonces será el momento de depurar responsabilidades y buscar soluciones.
Puede que hable de una utopía, tal vez creer que el entorno debe estar al lado del equipo hasta el final es pedir demasiado. Es posible que reclamar el apoyo de la afición en los momentos difíciles sea una barbaridad, pero está claro que respaldar a un equipo ganador es muy fácil y no lo es tanto hacerlo en circunstancias adversas. Para mí, eso es ser verdaderamente de un equipo, pero probablemente esté equivocada.
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