Hoy es necesaria una victoria. Es indispensable pasar la eliminatoria y hacerlo con contundencia, sin sufrir hasta el último instante.
La corta ventaja de la ida ante el Schalke (0-1) no debe servir para que el equipo se relaje, sino que ha de demostrar que aún se puede creer en él. Y la afición debe brindarle su apoyo al máximo para conseguir llegar a las semifinales. La actitud es la base, tanto la del equipo como la de los socios que acudan al Camp Nou. La Champions es posible y hoy han de convencerlos de que son capaces de ganarla. Y para ello, han de estar a la altura del club al que representan, han de luchar cada balón, dejarse la piel en el campo. Este partido ha de significar un punto de inflexión, ha de devolver la ilusión y el optimismo a todos aquellos que ya la han perdido. Otra decepción sería insoportable. Y no se lo pueden permitir, y mucho menos ante un equipo que, en principio, es muy inferior, pero que cuenta con el valor añadido de la ilusión, la ilusión de eliminar al Barça en su propio estadio. Y el Barça tiene que sacar el orgullo y dejar claro, desde un principio, que es muy superior al conjunto alemán.
Está en juego el prestigio del club y, de pasar la eliminatoria, estaría a sólo dos partidos de plantarse en la final y luchar por el título más ansiado. Paso a paso, sí, pero con firmeza. Hoy no se puede fallar.
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