martes, 22 de abril de 2008

Creer y después ver

Esta es una de las frases de Frank Rijkaard: “Primero hay que creer y después ver, no al revés”. Es un buen mensaje para la afición del Barça.


La mejor afición del mundo, así se define a menudo a los seguidores culés. Pero no siempre es así. Es un público exigente, dicen algunos, porque para ser del F.C. Barcelona hay que ser exigente. Pero la exigencia y el apoyo no deberían ser contradictorios. Los socios azulgrana no fallan en las grandes citas como la de mañana ante el Manchester. Ese sí es un partido atractivo, un encuentro que todo aficionado al fútbol desearía ver. Por lo tanto, no veo el mérito de una afición que llena su estadio en partidos de este tipo, como tampoco lo veo en unos socios que llenan peticiones de entradas para una final europea. Son personas a las que les gusta el fútbol y no quieren perderse una final de Champions, especialmente si es su equipo quien la juega.

Para mí, eso no es ser la mejor afición del mundo. Un Camp Nou que pita a los pocos minutos de partido porque ha habido tres pases seguidos en paralelo y uno hacia atrás, no me parece una afición volcada en su equipo. Un seguidor que siente los colores no espera a que haya una jugada interesante para empezar a animar, pero en el Camp Nou funciona así. Los partidos “normales” empiezan con los socios prácticamente en silencio y, según el juego, se decantan hacia los aplausos o hacia los pitos. A eso se refiere Rijkaard: el socio culé espera a ver para creer, primero observa el juego y luego juzga y se expresa. Una buena afición es la que apoya desde el primer minuto hasta el último, de ahí la ventaja de jugar en casa. Una buena afición no anima únicamente en los grandes encuentros (fase final de la Champions, Madrid, Espanyol, etc), sino que lo hace siempre, sea cual sea el rival y haga el tiempo que haga. Una buena afición es la que cree en su equipo antes de empezar el partido. Y una buena afición es aquella que, una vez terminado el encuentro, tiene su momento para expresar su acuerdo o su queja respecto al trabajo de los jugadores en el campo.

Si pedimos compromiso a los jugadores, la afición debe hacer lo propio. Si pedimos que demuestren que están en un gran club, los socios deben hacer lo propio. Si pedimos que luchen hasta el final, no tiremos la toalla a los 10 minutos de partido. El papel del socio es clave en muchos partidos y el club lo ha pedido varias veces esta temporada, pero el socio, lejos de analizar su actitud, se ha indignado porque el club al que se supone que tanto quiere le ha pedido su apoyo. Y esto es la mejor afición del mundo. Perdón, pero no logro entenderlo.

Mañana será un gran día, sin duda, y la afición demostrará lo que no ha sabido demostrar en toda la temporada. El Camp Nou se llenará y esperemos que anime como nunca. Mañana no hay excusas, ni para el club ni para el entorno culé. Está en juego el único título posible de la temporada, pero también el mejor título que se puede ganar. Que no falle nadie.

1 comentario:

Birraboy dijo...

Ese Frank, qué hombre más sabio. Esto de la afición es un mal endémico de este club, y eso que el público le pide al club una "grada jove" desde hace tiempo. ¿Porque no colaboran club y socios en organizarla y amenizar los partidos?